Las circunstancias son nada más y nada menos que el contexto dentro del cual estamos llamados a descubrir Sentido, elegir comprometernos y desplegarnos en su realización. Las hay cotidianas y también excepcionales. En los últimos siglos no habíamos tenido como humanidad demasiados factores en común, el individualismo y el escepticismo lo impidieron. Pero la circunstancia mundial de pandemia nos desafió a dar respuesta sin excepción.
Si bien toda circunstancia es desafiante, la respuesta no está garantizada, porque incluso una situación límite puede ser enmascarada, anestesiada, como la conciencia misma según Víktor Frankl. El desafío de la omnipresencia de la situación de pandemia fue a nivel personal porque nos impidió continuar con hábitos arraigados y valiosos y también con costumbres perimidas o sin sentido, pero solidificadas. El desafío y la disrupción también se dieron para los grupos humanos, a nivel sociedad, y dentro de ella para las Instituciones que la conforman y que le dan solidez, continuidad a través de la transmisión cultural, de valores, fundamentalmente a nivel formativo.

Para nuestra Fundación Argentina de Logoterapia, con cerca de 30 an?os de trayectoria, la pandemia no fue sólo una circunstancia desafiante, sino prácticamente un empujón, un cimbronazo. Estuvo en juego la posibilidad misma de nuestra continuidad, la presencialidad había sido nuestro fuerte, los espacios interpersonales la urdimbre sobre la cual tejimos la cohesión y reforzamos esa idea tan rica del acto educativo como encuentro existencial. ¿Podía ser reemplazado todo esto con espacios virtuales?

Tomamos coraje, ése que sólo llega de la mano de una pasión que le da norte, y virtualizamos absolutamente toda nuestra actividad, desde la atención psicoterapéutica, los Ateneos clínicos, los Cursos de formación preexistentes, hasta los nuevos cursos como el de Orientadores en Desarrollo Humano. ¡Y resultó ser que... pudimos! No sólo sostener la labor de tantos an?os, sino también crecer institucionalmente en ofertas diversas, continuar con la tarea de difusión de la logoterapia a la vez que acrecentar las posibilidades de acercamiento a otras instituciones y fundamentalmente a más personas.
Las respuestas de quienes se acercaron en estos difíciles casi dos an?os nos permiten corroborar que pudimos con la circunstancia, que supimos emplear los recursos que esta riquísima cosmovisión nos dio y ponerlos al servicio de la Comunidad. Nuestros psicoterapeutas adaptaron sus prácticas, los pacientes continuaron asistiendo, se sumaron otros; los nuevos alumnos generaron, aún en la virtualidad, excelentes grupos de encuentro y de trabajo durante y más allá de las clases. Incluso la producción escrita (de la que incluimos dos trabajos en la presente edición), resultante de su formación, ratifica que los espacios formativos sostuvieron su calidad. Todas estas son evidencia clara de que juntos pudimos tomar el guante y le sacamos “sentido” a la circunstancia Covid-19.

Vamos por más porque siempre estamos en circunstancia y porque en el camino de la vida detenerse no sólo es no avanzar, sino en muchos casos, retroceder. Contamos con la compan?ía de quienes nos acompan?an siempre, y seguramente de quienes se irán sumando para hacer crecer y fructificar el legado de Víktor E. Frankl y sus discípulos. El mundo parece necesitarlo cada vez más.