Mente, cuerpo y espíritu
Descartes sostenía que para aprender lo complejo, primero había que conocer lo simple
Para muchos médicos el considerar la influencia de las emociones en los procesos corporales aún sigue siendo folclore; sin embargo en la Antigüedad, un médico llamado Hipócrates (470-360 aC.) pensaba que la salud era consecuencia de haber alcanzado un estado de armonía en uno mismo y con el ambiente y que cualquier cosa que afectase la mente también afectaría al cuerpo. Estas verdades se fueron olvidando eclipsadas por nuevas ideas sustentadas desde la Filosofía y por los aportes de la tecnología de la Medicina. Desde la Filosofía, la teoría de René Descartes (1596-1650) de la diferencia entre la mente y el cuerpo y su legado de un método científico para ser aplicado por los médicos, fue decisiva. Descartes sostenía que para aprender lo complejo, primero había que conocer lo simple ; saber acerca de un germen ayudaría a descubrir algo acerca de la enfermedad asociada con él. Este método reduccionista fue el que dominó la medicina de los siglos subsiguientes, permitiendo notables avances en la misma.
Desde la tecnología de la Medicina, los historiadores médicos coinciden en que uno de los primeros instrumentos que contribuyó a deshumanizar la relación médico-paciente fue el estetoscopio, inventado por René Laennec en 1819. Este maravilloso instrumento que aportaba datos sobre el estado del corazón, los pulmones y el abdomen de los pacientes también transformó el ritual de colocar la oreja en el pecho del paciente, un gesto de contacto humano descripto por Lewis Thomas (1983) como “el más viejo y efectivo acto de los médicos”.
Las pruebas clínicas y los modernos aparatos usados para el diagnóstico situaron aún más al paciente en el lugar de objeto de estudio. Sin embargo, simultáneamente, el interés por la influencia de lo psíquico en lo corporal fue aumentando. Es bien conocido el papel decisivo que las investigaciones y la terapéutica de Sigmund Freud tuvieron en la revalorización de lo psicológico como elemento a considerar en la etiología de la enfermedad.