"¿Puede el yo resistir las embestida en la era del vacío sin convertirse en lo que Lipovetsky llama un conjunto impreciso y sin cohesión? ¡Sí puede! Porque como afirmara Viktor Frank, el sentido es como un imán que une dando identidad...

Cuando decidimos como Fundación celebrar nuestro cumpleaños número 30 nunca imaginamos que recibiríamos tantos regalos. Su presencia, los intercambios informales y los frutos de tanto trabajo sólido y hecho a conciencia.

Si hacemos un recorrido por estos dos intensos días compartidos, verificamos que hemos aprendido que las dificultades para transitar la finitud son variadas, desde algo tan cotidiano y simple como intentar coordinar el ser padres con el cuidado de otros, hasta la aceptación de la Pandemia, y con ella las pérdidas, desorientación, la necesidad de pausar las actividades habituales y virtualizarlas. Todos desafíos a vencer.

Al plantearnos el armado del 26° Congreso Argentino de Logoterapia, junto con la celebración de los 30 años de existencia, pensamos en que la logoterapia es esencialmente encuentro, y si ha de ser existencial, lo será con todas las dimensiones que conforman a la persona. Por eso aquí estuvimos presentes, nuevamente en esta alta casa de estudios, la Universidad del Salvador, que una vez más nos recibe, y de la que hoy nos despedimos cerrando dos días en los que claramente el Sentido fue el centro.

Nos convocó, elegimos estar aquí y hacer entre todos de este Congreso un espacio de reencuentros y también de aprendizaje, descubrimiento de otras formas de pensar, profundizaciones, para compartir nuevos hallazgos e investigaciones y la constatación de alumnos que crecieron y fructificaron! Nos reconocimos (porque nos habíamos conocido en la virtualidad), nos abrazamos, intercambiamos emociones, que ahora sabemos que son “filtros” desde los cuales vemos la realidad, y a los que les hicimos “mantenimiento” en estos días.

Si la vida es un viaje, esperamos haber contribuido a que el tramo recorrido nos haya vuelto como a Ulises “humildes” pero con el compromiso renovado con el sentido que nos llama desde el mundo. Ojalá hayamos aprendido como Neo a entrar y salir de la Matrix, firmes en nuestra misión de vida.

Seguramente seguiremos encontrando indicios de vacío en consumos problemáticos, autolesiones, desorientaciones, depresiones, etc. Pero mientras tengamos claro que lo visible está unido a la invisible, que es sólido, lo que Trasciende, podremos hacerles frente a todos esos indicios, y a otros que vayan apareciendo en estos tiempos tan complejos. Así por ejemplo, si las personas sienten hoy que precisan sacarse selfies para no dejar de ser, entonces habrá que hackear a la tecnología y al automatismo que implica, para luego humanizarlo desde la perspectiva frankliana.

Recurrentemente se mencionó al arte, como aquello que nos cambia la mirada y es camino al despliegue espiritual, unido a la intuición que accede a la captación del sentido. Siempre tendremos la alternativa de cantar o gritar, como respuestas frente a la realidad que nos interpela.

Esperamos que este espacio haya favorecido descubrimientos vocacionales, reorientaciones, ratificaciones, sabiendo que cada uno está llamado a actualizar el sentido desde su unicidad, con creatividad  y de cara a los valores de siempre.

¿Puede el yo resistir las envestida en la era del vacío sin convertirse en un conjunto impreciso y sin cohesión? nos preguntaba Lipovetsky. ¡Sí puede! Porque como afirmara Viktor Frank, el sentido es como un imán que une dando identidad, favoreciendo la autorrealización y conduciendo así a la felicidad. ¿Cómo explicar, tal como muestran las investigaciones presentadas, que personas con percepción de bienestar elevada presenten al mismo tiempo bajísima consistencia yoica y no identifican valores? Sólo desde el vacío existencial se puede comprender.

Hemos reafirmado que donde sea que nos desempeñemos, como psicoterapeutas, educadores, orientadores, debemos apoyarnos fundamentalmente en el SER, con la consigna de reinventar el propio estilo según la persona y la situación, generando confianza, proximidad, regulando incluso la alternancia entre presencialidad y virtualidad. La práctica en logoterapia nos exige ser decentes, es decir, respetuosos, responsables, reflexivos.

Por todos lo dicho y compartido, volvamos a nuestras existencias cotidianas sabiendo que somos contexto de lo que queremos que ocurra, y contando con la incondicionalidad del Sentido que nos asiste.

 

¡MUCHAS GRACIAS a todos los que hicieron posible este Congreso!

Prof. Lic. Olga R. Oro